Fecundación in vitro a mujeres sin pareja

Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), los tratamientos de fecundación in vitro a mujeres sin pareja han aumentado en los últimos años, del 4,4% del total de los nacimientos en 2016 al 8% en 2020, y es una cifra que aumenta cada año.

Cada vez son más mujeres las que tienen claro que quieren ser madres, independientemente de que tengan pareja o no, y llegado el momento deciden someterse a un tratamiento de fertilidad para cumplir su deseo de formar una familia.

Hemos hablado con Ainhoa, que se sometió a un tratamiento de reproducción asistida para ser madre soltera. Años después de tener a su bebe le diagnosticaron un cáncer de mama.

Sus palabras pueden ayudar a muchas mujeres a las que les hayan diagnosticado una enfermedad que pueda condicionar su fertilidad y también a aquellas mujeres o parejas de mujeres que quieran ser madres con un donante.

Nos sumamos a una de las recomendaciones de Ainhoa, no solo cuando te sometes a un tratamiento de reproducción asistida en solitario sino cuando lo haces en pareja, es de gran ayuda apoyarte en mujeres que están pasando por el mismo proceso que tú.

Como nos explicó la doctora Ana Polo Ramos, directora del programa de Reproducción Asistida de la Fundació Puigvert – Hospital de Sant Pau de Barcelona en una entrevista, cuando una mujer tiene una enfermedad que pueda condicionar de manera importante en su fertilidad, la preservación de la fertilidad está indicada.

También hablamos de maternidad y cáncer de mama con el doctor Luis Rodríguez Tabernero, jefe de la unidad de reproducción humana asistida del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, en una entrevista en la que nos explicó el proceso que debería seguir una paciente a la que le acaban de detectar un cáncer de mama.

Antes de comenzar un tratamiento de quimioterapia es recomendable preservar la fertilidad mediante la congelación de óvulos, así, una vez superada la enfermedad, la mujer podrá utilizarlos en caso de que quiera ser mamá.

 

Mi experiencia con los tratamientos de reproducción asistida

Cuando una mujer o una pareja se somete a un tratamiento de fertilidad, siempre ayuda conocer la experiencia con los tratamientos de reproducción asistida de otras personas. Por eso, en esta ocasión hemos querido hablar con Beatriz, creadora de una cuenta de Instagram conde habla de cómo vivieron ella y su pareja los tratamientos de fertilidad, así como sus miedos y alegrías, y sobre lo que echó en falta durante el proceso hasta el nacimiento de su hijo.

Según datos de la SEF, en 2020 nacieron en España 30.479 bebés por reproducción asistida, aproximadamente el 8,4% del total de nacimientos del país. Debido al retraso en edad de la maternidad, entre otras cosas, cada vez son más parejas las que se encuentran con problemas para tener un hijo de forma natural.

Ainhoa nos ha contado que lo más duro para ella durante todo el proceso fueron las esperas, ya que un tratamiento de reproducción asistida es un proceso largo, con muchas pruebas y muchas semanas de espera entre una y otra.

Una de las esperas que más larga se hace, y en eso coinciden muchas pacientes, es la betaespera, que es el tiempo que transcurre entre que se realiza a la mujer una inseminación artificial o una fecundación in vitro hasta que se hace una prueba de embarazo, que puede ser un valor beta negativo o positivo. Esta espera puede durar entre 9 y 14 días.

Beatriz habla también de la ecoespera, ya que después de un resultado positivo, es necesario confirmarlo en una ecografía. Esta se debe hacer entre 3 y 5 semanas después de haber realizado una inseminación artificial o una fecundación in vitro, y se puede comprobar que el embarazo se desarrolla con normalidad.

En el caso de Ainhoa, durante su tratamiento echó de menos apoyo psicológico, pero como nos cuenta en esta entrevista Concha Cristóbal, enfermera y subdirectora de gestión de IVI Madrid, cada vez con más frecuencia la ayuda psicológica forma parte de la asistencia a todas las pacientes.

Nos quedamos con uno de sus consejos, tened la mente abierta a lo que pueda pasar.

Normalicemos la reproducción asistida

La infertilidad afecta a millones de personas en el mundo

Según el último informe de la OMS [1], la infertilidad afecta a millones de personas en todo el mundo, concretamente a 1 de cada 6, y a unos 48 millones de parejas. A pesar de estas cifras, es un tema tabú, y muchas de las personas que recurren a tratamientos de reproducción asistida no hablan de ello ni en su entorno más cercano.

No se debe confundir esterilidad con infertilidad; la esterilidad consiste en la incapacidad de conseguir un embarazo tras un año manteniendo relaciones de forma regular sin protección o seis meses si la mujer tiene más de 35 años. Se distingue de la infertilidad en algo esencial, una pareja se considera estéril cuando el espermatozoide no consigue fecundar el óvulo, en la infertilidad, si hay fecundación, pero no da lugar a una gestación.

En la mujer, la edad es uno de los factores determinantes de la infertilidad o de la esterilidad, pero puede haber otras causas, como son los trastornos de las trompas uterinas, trastornos uterinos de origen inflamatorio (como la endometriosis), un trastorno ovárico u otros del sistema endocrino que alteran los niveles de hormonas reproductivas. Sin embargo, esto no quiera decir que sea imposible lograr un embarazo a término utilizando técnicas de reproducción asistida. Se recomienda acudir a un especialista tras 12 meses mantenido relaciones con frecuencia y sin protección sin lograr una gestación, y 6 meses en el caso de que la mujer sea mayor de 35.

Junio es el mes de la fertilidad, ya que el día 4 es el Día Mundial de la Fertilidad, y lo hemos querido despedir hablando con Claudia, paciente de reproducción asistida y creadora de una cuenta de Instagram desde la que habla sin tapujos sobre la infertilidad y desde la que ayuda a mujeres que están pasando por un tratamiento de reproducción asistida. Gracias por contarnos tu experiencia y contagiarnos tu ilusión.

[1] https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/infertility

 

 

Carta a mi futuro yo, el miedo por mi baja reserva ovárica

Carta de Emma. Cartas a mi futuro yo.

Emma es una consultora de informática freelance de 37 años. A la hora de tomar decisiones y reaccionar ante determinadas situaciones es una mujer muy práctica y resolutiva; se mudó a Londres desde España hace 5 años para reunirse con unos amigos que ya vivían allí, y una vez instalada buscaría trabajo para crecer profesionalmente. Hoy le escribe una carta a su futuro yo y recuerda el miedo que tenía cuando describió su baja reserva ovárica.

Querida Emma de 47 años,

¿Recuerdas lo angustioso que fue descubrir, a los 32 años, que tu recuento de óvulos era tan bajo como el de una mujer de 40? ¿Tendrías las mismas dificultades que tu hermana para quedarte embarazada? Te preguntabas.

¿Recuerdas lo preocupada que estabas cuando te quedaste embarazada de Alex? Al principio entraste en un estado de shock, eras incapaz de creértelo, pero por supuesto fue la mejor noticia que podías recibir, lo feliz que te hizo recibirla. Entonces comenzó la preocupación. Miguel y tú llevabais apenas un año de relación. La idea de ser padre le hizo dudar seriamente ¿Seguirá queriendo una relación contigo? te preguntabas, ¿podrías hacerle frente a esta situación si tuvieras que hacerlo sola?

Me gustaría recordarte esos momentos de incertidumbre, porque ahora, a tus 47 años, tienes la vida familiar que siempre quisiste y no estabas segura de fuese a ser posible. Tienes un hijo y dos hijas. Son inseparables, forman un gran equipo. Están llenos de complicidad, hobbies y juegos. Tu casa es un hogar maravilloso, acogedor, y siempre está lleno de amigos y familiares.

Una familia tan numerosa nunca podría haber sucedido si no hubieras dedicado recursos físicos y económicos a crear un Plan B para tu futuro. Alex y Julia fueron concebidos de forma natural, pero María vino de esos maravillosos óvulos que decidiste congelar. No necesitabas ningún Plan B para tener ningún hijo –pero si para tener el número de hijos que ahora tienes, la familia que siempre habías querido-. La decisión de congelar tus óvulos coincidió con una época poco alentadora y en la que te sentías sola. Pero esto amplió tus opciones de una forma que jamás imaginaste.

Ese es el gran regalo que surgió de tu decisión. ¿El otro gran regalo? Al comenzar con los asuntos sobre fertilidad y el proceso de recolección de óvulos, comenzaste a darte cuenta de que no podías controlarlo todo. Quedarte embarazada de forma inesperada y avanzar en tu relación con Miguel antes de que ninguno estuviese preparado para ser padre, te enseñó aún más. Aunque eres el tipo de persona acostumbrada a tener éxito, aprendiste el valor de aceptar y renunciar a tener el control cuando es necesario.

Este es el motor de una relación fuerte y la razón clave de que tú y Miguel hayáis formado la gran familia que tenéis ahora. Bien hecho Emma.

Con todo mi entusiasmo para mi yo futuro.

Emma

 

 

Carta a mi futura yo, hiciste bien preservando tu fertilidad

Carta de Emma. Cartas a mi futuro yo.

Carmen es una ginecóloga residente en Madrid, y tiene el trabajo de sus sueños en una clínica de reproducción asistida. Tuvo la suerte de acabar la carrera y que el centro abriese justo en esa época. Atender a sus pacientes en esa clínica le permite desempeñar una parte muy especial y personal de la medicina. Hoy se escribe una carta a su futura yo para decirle que hizo bien preservando su fertilidad y que pese a las adversidades cumplió sus sueños siendo fiel a sí misma.

Querida Carmen:

Estoy escribiendo a “tu yo” de dentro de 8 años, cuando tengas 45. Te imagino en el parque, riéndote y jugando con tu hija de 5 años y tu pequeño de 3. Te veo como una mujer valiente, moderna, con una profesión que “trae vida”, que adoras, y una familia para la que tuviste la previsión de prepararte.

Tomaste algunas decisiones muy difíciles para llegar donde estas. Tras finalizar la carrera, decidiste quedarte en Madrid, lugar donde estudiaste. Esto implicaba separarte de tu ciudad natal, La Coruña, de tu familia y de tu novio de ese momento.

Los siguientes años fueron aún más difíciles. Aunque estabas contenta con tu trabajo, tomaste malas decisiones y tuviste mala suerte con los hombres, lo que te hizo perder confianza en ti misma. Te preocupaba no tener una relación feliz y sana a largo plazo con alguien.

Te sentías un poco perdida, pero lo tenías claro en lo referente a un tema en concreto: tu fertilidad. Conocías todo, por tu trabajo, de la infertilidad, de cómo las posibilidades de quedarte embarazada a partir de los 35 años empiezan a disminuir. Habías visto como algunas de tus pacientes sufrían porque no podían quedarse embarazadas. Así que a tus 33 años decidiste congelar tus óvulos. Te sentiste más segura de esa forma. Sabías que de este modo tendrías más flexibilidad a la hora de elegir el mejor momento para formar una familia.

Fue una decisión valiente. Y la segunda decisión valiente que tomaste vino tres años después, a tus 36, cuando padeciste depresión. Elegiste romper con todo tu pasado y comenzar de nuevo, para mejorar tu vida. El detonante de este cambio radical fue el nacimiento de tu sobrino, Marcos. Su nacimiento te inspiró para convertirte en la mejor tía que podría tener. Para ello debías estar sana. Te diste cuenta de que necesitabas ayuda psicológica y recibiste tratamiento.

La gran lección que recibiste en ese momento fue muy importante y continúa marcando tu vida incluso ahora: debes tomar tus propias decisiones sin depender de nadie. No tienes que dar explicaciones a nadie y no necesitas la aprobación de otros.

Este es el año en el que decidiste ser madre soltera. Y ahora, a tus 45, mira qué ha sucedido. Has diseñado tu camino exactamente como deseaste.  Sacaste tiempo para tu carrera y para tu familia en el momento que lo consideraste. ¿Y, a día de hoy? Tu sobrino tiene 9 años y medio y es un compañero de juegos maravilloso para tus hijos, algo que habría sido imposible si no hubieras aprendido a ser fiel a ti misma y a tus propios sueños.

Con orgullo por lo que has conseguido.

Carmen

 

 

El propósito de esta página web es proporcionar información educativa.

Consulta siempre a tu médico si estás preocupada por tu salud.

  Web Médica Acreditada. Ver más información