Hablamos con el doctor Joaquín Llácer, ginecólogo especialista en reproducción asistida y director médico de Ginefiv, sobre los aspectos sociales y éticos del uso de técnicas de reproducción asistida, temáticas que surgieron cuando se empezó a investigar en esta área, y tras el nacimiento de la primera bebé nacida gracias a estas técnicas, en 1978. El creador de la fecundación in vitro, Robert Edwards, fue reconocido con el Premio Nobel de Medicina en 2010.
En España, en 2006 se publicó la Ley de Reproducción Asistida, que regula la práctica de los distintos tratamientos, la actuación de los profesionales sanitarios y contempla todos los posibles casos, adaptándose a los avances y descubrimientos científicos, para que todas las personas puedan hacer uso de estas técnicas de manera legal. Esta ley es de las más completas y permisivas de la Unión Europea, recoge los requisitos y necesidades para someterse a un tratamiento, pero no establece una edad límite, aunque las clínicas de fertilidad la sitúan sobre los 50 años en la mujer, que suele coincidir con el inicio de la menopausia.
La Comunidad de Madrid ha ampliado recientemente la edad a la que una mujer se puede someter a un tratamiento de fertilidad, situándola en los 45 años en mujeres y 55 en hombres; en Galicia los tratamientos de fertilidad se realizan hasta los 43 años y en Asturias hasta los 42, pero el resto de las comunidades siguen los criterios del Ministerio de Sanidad, limitándola a los 40 años.
La edad es uno de los principales dilemas a los que se enfrentan los especialistas, indica el doctor Llácer, ya que hay mujeres que acuden a las clínicas con más de 50 e incluso 60 años. La ley es explícita en cuanto a que las técnicas de reproducción asistida se realizarán únicamente cuando haya posibilidades razonables de éxito y no supongan ningún riesgo grave para la salud física o psíquica de la mujer, que tiene que haber sido informada previamente
Ser madre con endometriosis es una pregunta frecuente de cualquier consulta de ginecología. La endometriosis es una enfermedad que padecen, aproximadamente, un 10% de las mujeres en edad fértil. Es una patología benigna crónica cuya sintomatología puede ser muy variable y no siempre focalizada en el aparato genital.
La endometriosis consiste en la implantación de tejido endometrial (tejido que recubre el interior del útero) fuera del útero, provocando una inflamación crónica en la zona donde se implanta. Sus síntomas suelen asociarse a la menstruación, presentando dolor intenso en algunos casos, por lo que las pacientes no acuden a consulta. El diagnóstico de esta enfermedad suele tardar unos 10 años aproximadamente. La endometriosis afecta de forma diferente a cada mujer, hay muchas que no presentan ningún síntoma, y en muchas ocasiones los especialistas la descubren en una ecografía o en una cirugía realizada por cualquier otro motivo. Para muchas mujeres, la endometriosis puede tener un impacto negativo en su calidad de vida, limitando su capacidad de trabajo, su vida familiar y social.
Es una de las principales causas de infertilidad femenina, alrededor del 40% de las mujeres que tiene problemas de fertilidad sufre endometriosis. Esto puede deberse al efecto que produce la endometriosis al alterar la anatomía del aparato genital interno; otras veces se produce cuando el miometrio (pared muscular del útero) está afectada y es lo que se denomina adenomiosis; o como consecuencia de cirugías repetidas sobre ovarios durante la extirpación de quistes.
Si tienes endometriosis y no te quedas embrazada después de intentarlo de manera natural durante 6 meses, lo mejor es acudir a un especialista en reproducción asistida para informarte sobre los tratamientos que te podrían ayudar a tener un bebé.
Una de las opciones que tiene una mujer con endometriosis es la preservación de la fertilidad mediante la congelación de óvulos; hay múltiples tratamientos de reproducción asistida que pueden aumentar las posibilidades de conseguir un embarazo. Si no sabes en qué consiste la congelación de óvulos, aquí tienes toda la información https://eligetumomentodesermadre.es/que-es-la-congelacion-de-ovulos/
Hablamos con la doctora Alexandra Izquierdo, directora médica de la Clínica Eugin Madrid, para entender la vinculación entre endometriosis y fertilidad y de las opciones que tiene una paciente que sufra esta patología de ser mamá.
La preservación de la fertilidad por causas médicas está recomendada cuando una mujer vaya a comenzar cualquier tratamiento que pueda ver reducida su capacidad reproductiva o una enfermedad o condición genética que pueda tener un efecto negativo en su fertilidad.
En el caso de un cáncer de mama, las tasas de supervivencia son superiores al 80%, gracias al diagnóstico temprano a la mejora de los tratamientos. Muchas de estas mujeres no habían tenido hijos antes del cáncer, por lo que es una petición cada vez más frecuente congelar sus óvulos antes del tratamiento, para no privarles de la capacidad de ser madres.
En la European Fertility Week, celebrada la primera semana de noviembre desde 2016, hablamos con la doctora Ana Polo Ramos, Directora del programa de Reproducción Asistida de la Fundació Puigvert – Hospital de Sant Pau de Barcelona, sobre preservación de la fertilidad por causas médicas.
Cuando se realiza una preservación de la fertilidad por causas médicas, el procedimiento no varía al de una mujer que quiere congelar sus óvulos para retrasar su maternidad.
El tratamiento comienza con una estimulación ovárica, que suele empezar con el segundo día del periodo menstrual, aunque en mujeres a las que se les ha detectado un cáncer, esta estimulación puede realizarse en otro momento para ganar algo de tiempo, ya que la congelación de óvulos se realiza antes de la quimioterapia o la radioterapia, pero esta debería empezar cuanto antes para evitar que el cáncer se extienda.
La estimulación ovárica, consistente en la inyección de hormonas, dura entre 10 ó 12 días, después de los que se extrae el líquido folicular y de ahí los ovocitos para su posterior congelación. Como explicó el doctor Luis Rodríguez Tabernero, jefe de la unidad de reproducción humana asistida del Hospital Clínico Universitario de Valladolid en esta entrevista, “una vez que una mujer ha superado el cáncer, puede ser madre con garantías.”
La edad ideal para la congelación de óvulos se sitúa alrededor de los 30 años, siendo el límite recomendado los 35 para una mejor preservación de la fertilidad. En la European Fertility Week, celebrada la primera semana de noviembre desde 2016, hablamos con la doctora Ana Polo Ramos, directora del programa de Reproducción Asistida de la Fundació Puigvert – Hospital de Sant Pau de Barcelona, sobre esta cuestión. ¿Sabías que la edad a tener en cuenta es la que tiene la mujer cuando se congela los óvulos, no cuando quiere utilizarlos? Por eso, es recomendable realizar la preservación de la fertilidad antes de los 35 años.
Según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), 2021 fue el año en el que se registró el menor número de nacimientos en España desde que se contabilizan, con 38.532 bebés, un 0,6% menos que en 2020.
Uno de los factores de este descenso en la natalidad se debe al retraso de la maternidad; muchas mujeres se plantean ser madres a partir de los 35 años, cuando la reserva ovárica es menor y por tanto las probabilidades de lograr un embarazo bajan.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia determina que “el periodo más fértil de la vida de la mujer se encuentra entre los 20 y 37 años y su fertilidad disminuye rápidamente desde 10-12 años antes de la menopausia”[1].
Existe mucha falta de información respecto a la congelación de óvulos. Hasta hace unos años, cuando la maternidad se planteaba entre los 20 y 30 años, no tenía mucho sentido que los profesionales informaran sobre la preservación de la fertilidad, pero en los últimos años, esta opción ha ido adquiriendo protagonismo, y en Estados Unidos, por ejemplo, muchas compañías aseguradoras incluyen esta opción en sus pólizas.
Los óvulos congelados no caducan. En España, la Ley sobre técnicas de reproducción humana asistida[2] establece que la mujer podrá utilizar sus óvulos congelados hasta el momento en que los especialistas médicos consideren que “no reúne los requisitos clínicamente necesarios para ser receptora”, es decir, que ha terminado su edad reproductiva, alrededor de los 50 años.
[1] 17_GAP_reserva_funcional_ovarica_3008.pdf (sego.es)
[2] BOE-A-2006-9292 Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida.
La doctora Ana Polo Ramos, directora del programa de Reproducción Asistida de la Fundació Puigvert – Hospital de Sant Pau de Barcelona, explica en este video como se realiza la preservación de la fertilidad
En la European Fertility Week, celebrada la primera semana de noviembre desde 2016, hablamos con la doctora Ana Polo Ramos, directora del programa de Reproducción Asistida de la Fundació Puigvert – Hospital de Sant Pau de Barcelona, que nos explicó en que consiste la congelación de óvulos para preservar la fertilidad.
La edad media de las madres españolas está por encima de los 32 años; cada vez son más las mujeres que retrasan su maternidad, ya sea por motivos laborales, sociales o personales. Para ellas, la preservación de la fertilidad es una oportunidad para poder ser madres cuando ellas decidan, ya que las probabilidades de lograr un embarazo dependerán de la edad a la que congeló sus óvulos, no la edad a la que se queda embarazada.
¿Sabemos en qué consiste la preservación de la fertilidad? ¿Es un proceso doloroso?
La congelación de óvulos comienza con un tratamiento hormonal, mediante una serie de inyecciones en el vientre o parte anterior del muslo, que la paciente se puede poner en casa, para estimular los ovarios y que fabriquen unos 10/15 folículos. Este proceso dura unos 10 días aproximadamente, tiempo suficiente para que ya haya un óvulo maduro. Posteriormente, en un procedimiento quirúrgico sencillo realizado con anestesia, se lleva a cabo la punción ovárica, para extraer el líquido folicular y de ahí extraer los ovocitos para su posterior congelación.
¿Qué se hace con los óvulos que no utilizamos?
La Ley sobre técnicas de reproducción humana asistida[1] establece que los óvulos que la mujer no utilice podrán donarse a otras mujeres o parejas, se pueden ceder a la investigación, o cesar su conservación, siempre bajo las condiciones legales vigentes.
[1] BOE-A-2006-9292 Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida.