Cuando una mujer o una pareja se somete a un tratamiento de fertilidad, siempre ayuda conocer la experiencia con los tratamientos de reproducción asistida de otras personas. Por eso, en esta ocasión hemos querido hablar con Beatriz, creadora de una cuenta de Instagram conde habla de cómo vivieron ella y su pareja los tratamientos de fertilidad, así como sus miedos y alegrías, y sobre lo que echó en falta durante el proceso hasta el nacimiento de su hijo.
Según datos de la SEF, en 2020 nacieron en España 30.479 bebés por reproducción asistida, aproximadamente el 8,4% del total de nacimientos del país. Debido al retraso en edad de la maternidad, entre otras cosas, cada vez son más parejas las que se encuentran con problemas para tener un hijo de forma natural.
Ainhoa nos ha contado que lo más duro para ella durante todo el proceso fueron las esperas, ya que un tratamiento de reproducción asistida es un proceso largo, con muchas pruebas y muchas semanas de espera entre una y otra.
Una de las esperas que más larga se hace, y en eso coinciden muchas pacientes, es la betaespera, que es el tiempo que transcurre entre que se realiza a la mujer una inseminación artificial o una fecundación in vitro hasta que se hace una prueba de embarazo, que puede ser un valor beta negativo o positivo. Esta espera puede durar entre 9 y 14 días.
Beatriz habla también de la ecoespera, ya que después de un resultado positivo, es necesario confirmarlo en una ecografía. Esta se debe hacer entre 3 y 5 semanas después de haber realizado una inseminación artificial o una fecundación in vitro, y se puede comprobar que el embarazo se desarrolla con normalidad.
En el caso de Ainhoa, durante su tratamiento echó de menos apoyo psicológico, pero como nos cuenta en esta entrevista Concha Cristóbal, enfermera y subdirectora de gestión de IVI Madrid, cada vez con más frecuencia la ayuda psicológica forma parte de la asistencia a todas las pacientes.
Nos quedamos con uno de sus consejos, tened la mente abierta a lo que pueda pasar.