Me habéis leído muchas veces hablar de la importancia de tomar decisiones a tiempo para no arrepentirnos en el futuro, y de lo importante que es tener información veraz para esto. Cuando os hablo de la congelación de óvulos y de la ventaja que supone para las mujeres poder elegir en que momento ser madres sin depender del reloj biológico, normalmente lo hago pensado en mujeres que no tienen hijos, pero que quieren tenerlos más adelante, no suelo hablar de la posibilidad de congelar óvulos después de haber sido madre. Sin embargo, hay muchas mujeres que, ya teniendo un hijo y queriendo tener más, quieren retrasar esa segunda maternidad, bien sea por cuestiones personales, laborales, o cualquier otra circunstancia.
Para algunas mujeres, el hecho de convertirse en madre no satisface todas sus necesidades reproductivas. Después de experimentar la maternidad, algunas pueden darse cuenta de que desean tener más hijos, pero las circunstancias actuales no se lo permiten. Congelar óvulos podría ser una opción para preservar la fertilidad y la capacidad de tener más hijos más adelante. Esta decisión puede estar influenciada por varios factores; uno de ellos es el deseo de ampliar la familia en el futuro, ya sea con una nueva pareja o simplemente para dar a los hijos actuales hermanos biológicos. También puede haber consideraciones médicas, como un diagnóstico de enfermedad que podría afectar la fertilidad en el futuro o una infertilidad secundaria, o bien por la edad de la mujer, ya sabemos que a partir de los 35 años la fertilidad disminuye considerablemente.
La idea de congelar óvulos después de haber sido madre genera muchas dudas, aunque es un tema del que se habla poco. ¿Es posible congelar óvulos teniendo ya hijos?, ¿puede condicionar mi fertilidad futura? Para la primera pregunta la respuesta es sí, en este sentido no hay ninguna diferencia entre una mujer que ha tenido hijos previamente y una que no, el procedimiento es el mismo y las recomendaciones también: es aconsejable hacerlo antes de los 35 años, de esta forma los ovocitos serán conservados con sus características originales para su uso futuro. A partir de los 38 años se produce una pérdida en la calidad ovocitaria, es decir, la reserva de óvulos en el ovario disminuye, y su maduración se ve afectada, lo que resulta en una menor probabilidad de embarazo y un mayor riesgo de anomalías cromosómicas que pueden llevar a un aborto o al desarrollo de alguna enfermedad. Las mujeres de menos de 35 años tienen más posibilidades de lograr un embarazo y que este llegue a término, y a la hora de congelar estos óvulos, se obtendrán más y de mejor calidad gracias a la estimulación ovárica.
En cuanto a la segunda pregunta, congelar óvulos no afecta a la fertilidad futura, lo que se explica por el funcionamiento del ovario femenino. Al inicio de cada ciclo menstrual, el ovario selecciona entre 10 y 20 óvulos, pero solo uno de ellos alcanzará la madurez para la ovulación. Los demás óvulos se pierden de manera natural. Esta pérdida ocurre de forma regular cada mes, sin importar si la mujer está tomando anticonceptivos.
En un ciclo de congelación de óvulos, lo que se hace es preservar esos óvulos que, en un ciclo menstrual normal, se perderían. Por tanto, la congelación de óvulos no reduce la fertilidad, ni afecta la reserva de óvulos, ni adelanta la menopausia ni desencadena una menopausia precoz. Es decir, que una mujer que ha congelado sus óvulos para tener cierta tranquilidad futura se podría quedar embarazada de forma natural independientemente de si hubiera congelado óvulos o no.
En los últimos años se está hablando con mayor frecuencia de la reproducción asistida en ciclo natural, y hemos querido preguntar a la doctora Dolors Manau, ginecóloga en la Unidad de Reproducción Humana Asistida de Hospital Clínic de Barcelona, en qué consiste.
El primer bebé nacido en el mundo con fecundación in vitro lo hizo utilizando esta técnica, y al poco tiempo se recurrió a la estimulación ovárica, con el objetivo de que se desarrollaran varios folículos de manera simultánea y poder extraer varios ovocitos. De este modo, aumentaría el número de embriones, y con ellos las posibilidades de lograr un embarazo. La estimulación ovárica es necesaria en caso de la congelación de óvulos, pero se ha visto que no es necesaria en todos los tratamientos de fecundación in vitro.
Como explica la doctora Manau, la reproducción asistida en ciclo natural consiste en extraer el óvulo basándose en el ciclo natural de la mujer, sin utilizar medicación para producir más folículos. El óvulo será fecundado y transferido al útero más tarde, del mismo modo que cuando se utiliza estimulación ovárica se transfiere un único embrión, por lo que las posibilidades de lograr un embarazo son las mismas, aunque en el caso de utilizar estimulación ovárica hay más embriones preparados que se podrían implantar en caso de no lograr un embarazo con el primer embrión.
La reproducción asistida en ciclo natural puede hacerse siempre y cuando la mujer tenga ciclos regulares y sin alteraciones hormonales, y tenga, además, disponibilidad de asistir a controles a la clínica con mayor frecuencia.
Septiembre es el mes de los inicios por excelencia, en mi caso lo es más que enero casi; es la vuelta al cole, la vuelta a la rutina para los niños y sus familias, pero también lo es para los que no tenemos hijos, ya que agosto, hayamos disfrutado o no de vacaciones, supone un parón, o al menos un freno, en nuestras rutinas diarias. Por eso me parece un buen mes para recordaros algunos datos sobre infertilidad que no nos contaron en su momento, para que cada mujer en edad fértil, este pensando o no en ser madre, tenga toda la información necesaria para tomar mejores decisiones.
Hablando con un grupo de amigas, algunas han sido madres gracias a la reproducción asistida, otras de forma natural, otras lo están intentando y alguna no quiere serlo, en lo que coincidimos todas es en que, si hubiéramos sabido con 25 o 30 años lo que sabemos ahora sobre la infertilidad, habríamos actuado distinto, desde pedir un simple test de fertilidad, donde se mide la reserva ovárica, o haber optado por congelar nuestros óvulos. La mayor parte de nosotras coincidimos en que el tema de la maternidad y de la fertilidad no es un tema que saque el especialista, por lo que, o tienes información de fuera, o piensas que no debe ser tan complicado quedarse embarazada.
Los años pasan, y creemos que es cuestión de ponerse y tener un poco de paciencia, pero no, y menos a partir de 35 años. Hay una gran cantidad de factores, además de la edad, que dificultan un embarazo, desde una endometriosis, una baja reserva ovárica, el Síndrome de ovario poliquístico o una obstrucción de las Trompas de Falopio, por nombrar algunas. Patologías que pasan en muchas ocasiones desapercibidas o que se manifiestan a través de un dolor que asumimos como normal por el hecho de ser mujeres y tener la menstruación.
Estamos acostumbrados, desde hace algunos años, que las tasas de natalidad sean cada vez más bajas; España ocupa un triste segundo puesto, por detrás de Italia, con el índice de natalidad más bajo, con 1,19 hijos por mujer en 2021, es decir, por cada 1.000 habitantes se dan 7,12 nacimientos. Los motivos por los que la natalidad sea tan baja son básicamente sociales, inestabilidad económica, inestabilidad y precariedad laboral, difícil acceso a una vivienda, o muchos otros factores que finalmente pueden derivar en un problema médico, ya que, cuando una mujer se plantea ser madre, lo hace más allá de los 35 años, cuando empiezan a surgir los primeros problemas de infertilidad.
Una de las cosas más importantes que debemos saber es que una mujer nace con un número de ovocitos limitados , no producirá más a lo largo de su vida, y en cada ovulación va perdiendo hasta llegar a la menopausia. La biología es inteligente, y cada mes, el ovario prepara los mejores óvulos para ser fecundados, esto quiere decir que los óvulos de una mujer con 30 años van a ser mejores que sus óvulos con 10 años más. Por ejemplo, una mujer con una baja reserva ovárica (es la cantidad de ovocitos que quedan en el ovario en un momento concreto) diagnosticada a los 25 años, está a tiempo de congelar sus óvulos y poder usarlos, si es que quiere, en el momento en que lo considere adecuado, pero si no conoce ese dato e intenta ser madre más adelante, igual se encuentra con problemas. Pero no solo una mujer con baja reserva ovárica; los óvulos que tenemos con 30 años son mejores que los que tenemos con 40 años, no me cansaré de repetirlo, y a la hora de buscar un embarazo con estos óvulos, la edad a tener en cuenta es la edad a la que fueron congelados, no la edad que tienes cuando los utilizas, por lo que, y esto es matemáticas, las posibilidades de quedarte embarazada son más altas.
Este es solo un ejemplo, pero las clínicas de fertilidad están llenas de mujeres mayores de 35 años que no consiguen quedarse embarazadas y para las que el proceso sería más rápido si hubieran congelado sus óvulos con anterioridad.
Afortunadamente hay algo de conciencia en la sociedad sobre el tema, muchas famosas han alzado la voz reconociendo que no pudieron cumplir su deseo de ser madres porque estaban volcadas en su trabajo y cuando lo intentaron, era demasiado tarde… Cada vez, sobre todo en redes sociales, hay más mujeres que cuentan que han congelado sus óvulos porque quieren preservar su fertilidad y muchas otras hablan de cómo están viviendo su tratamiento de reproducción asistida o su diagnóstico de infertilidad. Todas ellas coinciden en una cosa, “ojalá lo hubiera sabido antes”, porque en la maternidad el reloj no corre a nuestro favor, y cuanto antes conozcamos el problema más fácil será atajarlo.
Cada año son más las mujeres que se hacen un estudio de fertilidad mucho antes de querer ser madres, por lo que pueda pasar, pero, teniendo en cuenta que lo recomendable es que las mujeres nos hagamos un chequeo ginecológico una vez al año, no estaría de más que los especialistas nos recomendaran este tipo de pruebas, para no llevarnos sustos a la hora buscar un embarazo de forma natural.
Aunque hemos avanzado mucho en los últimos años, aún hay mucho que hacer, no me cansaré de repetirlo, la información es poder, pero esta información no llega siempre a quien lo necesita; es labor de todos, de profesionales, de compañeras de trabajo, de conocidas, de amigas y de familiares, hablar abiertamente sobre la fertilidad y la infertilidad, para que una mujer pueda tomar decisiones cuando aún está a tiempo y no ver truncado su sueño de ser madre por no haber tenido la información necesaria.
Ser madre con endometriosis es una pregunta frecuente de cualquier consulta de ginecología. La endometriosis es una enfermedad que padecen, aproximadamente, un 10% de las mujeres en edad fértil. Es una patología benigna crónica cuya sintomatología puede ser muy variable y no siempre focalizada en el aparato genital.
La endometriosis consiste en la implantación de tejido endometrial (tejido que recubre el interior del útero) fuera del útero, provocando una inflamación crónica en la zona donde se implanta. Sus síntomas suelen asociarse a la menstruación, presentando dolor intenso en algunos casos, por lo que las pacientes no acuden a consulta. El diagnóstico de esta enfermedad suele tardar unos 10 años aproximadamente. La endometriosis afecta de forma diferente a cada mujer, hay muchas que no presentan ningún síntoma, y en muchas ocasiones los especialistas la descubren en una ecografía o en una cirugía realizada por cualquier otro motivo. Para muchas mujeres, la endometriosis puede tener un impacto negativo en su calidad de vida, limitando su capacidad de trabajo, su vida familiar y social.
Es una de las principales causas de infertilidad femenina, alrededor del 40% de las mujeres que tiene problemas de fertilidad sufre endometriosis. Esto puede deberse al efecto que produce la endometriosis al alterar la anatomía del aparato genital interno; otras veces se produce cuando el miometrio (pared muscular del útero) está afectada y es lo que se denomina adenomiosis; o como consecuencia de cirugías repetidas sobre ovarios durante la extirpación de quistes.
Si tienes endometriosis y no te quedas embrazada después de intentarlo de manera natural durante 6 meses, lo mejor es acudir a un especialista en reproducción asistida para informarte sobre los tratamientos que te podrían ayudar a tener un bebé.
Una de las opciones que tiene una mujer con endometriosis es la preservación de la fertilidad mediante la congelación de óvulos; hay múltiples tratamientos de reproducción asistida que pueden aumentar las posibilidades de conseguir un embarazo. Si no sabes en qué consiste la congelación de óvulos, aquí tienes toda la información https://eligetumomentodesermadre.es/que-es-la-congelacion-de-ovulos/
Hablamos con la doctora Alexandra Izquierdo, directora médica de la Clínica Eugin Madrid, para entender la vinculación entre endometriosis y fertilidad y de las opciones que tiene una paciente que sufra esta patología de ser mamá.
Leyendo la típica web de cotilleo y vida social, me encontré con un par de testimonios de dos actrices de prestigio que me hicieron reflexionar. Se trata de Helen Mirren y Winona Ryder. Hablaban de los motivos por los que no han sido madres y como se sintieron presionadas por no tener hijos.
Helen Mirren comentaba que durante una entrevista con British Vogue le hicieron ‘la pregunta del bebé’. Le preguntaron abiertamente que si había preferido dedicar su vida a su carrera como actriz y dejar a un lado la maternidad. Ella respondió que una vez que más o menos estaba consolidada en la gran pantalla, comenzó a pensar en la posibilidad de ser madre, pero “se ve que no era mi destino. Seguí pensando que se iba a dar, esperaba que sucediera, pero nunca sucedió. Y cada vez que decían: ‘¿qué?, ¿no tiene hijos? Bueno, será mejor que empiece, señora’, yo decía: ‘¡No! ¡Deje de molestarme!’”
En el caso de Winona Ryder ‘la pregunta del bebé’ empezó a ser machacona hasta dentro de su cabeza más allá de los 40 años. En una entrevista en The Telegraph comentó: «esto es un poco personal, pero tengo 42 años y … bueno, estaba hablando con mi padre el año pasado y le dije ‘¿qué pasa si no puedo tener un hijo?’, y él dijo: ‘hay otras formas de tener hijos en tu vida’”.
En definitiva, dos grandes mujeres admiradas en el mundo entero que optaron- o se vieron obligadas- a renunciar a tratar de ser madres cuando el reloj biológico estaba a su favor. Las dos vienen a decir lo mismo: cuando por fin puedes es tarde y encima, la sociedad casi te lo echa en cara. Es alucinante.
Aprovechando que este mes de marzo es el ‘Mes de la Mujer’ quiero compartir un deseo. Que todas las mujeres puedan estar bien informadas sobre las posibilidades que ofrece la congelación de nuestros óvulos en edad fértil. Mejor antes de los 30 y no más tarde de los 35. Lanzo un llamamiento para que cada vez sean menos las mujeres que se vean obligadas a elegir entre la posibilidad de ser madres y la posibilidad de triunfar en el campo profesional.
¡Ahora podemos solucionarlo!