Ahora que gran parte de nosotros estamos descansando, me ha parecido un buen momento para hablar de la importancia de cuidar la salud mental durante el tratamiento de fertilidad. Sé que es algo de lo que hemos hablado más de una vez, pero ahora que tenemos tiempo y la mente está más despejada, podemos pararnos a pensar en los propósitos para el nuevo curso.
Tanto si tenemos un diagnóstico de infertilidad como si estamos buscando un embarazo, el bienestar emocional es algo a lo tenemos que prestar especial atención. El vínculo entre la infertilidad y la salud mental es bidireccional. El estrés y la ansiedad pueden afectar negativamente la fertilidad, mientras que la infertilidad puede provocar problemas de salud mental. Este círculo vicioso puede ser difícil de romper sin una intervención adecuada.
Un estudio publicado en la revista científica Human Reproduction concluía que las mujeres que presentaban altos niveles de un biomarcador de estrés tenían una reducción del 29% en la fecundidad en comparación con las que tenían niveles bajos de este biomarcador. Esta reducción en la fecundidad se tradujo en un riesgo más de dos veces mayor de infertilidad entre estas mujeres. En situaciones de estrés el cuerpo libera una serie de hormonas que pueden inhibir la ovulación, del mismo modo que altos niveles de adrenalina pueden hacer más complicada la implantación del embrión; el estrés no provoca infertilidad, pero sí que puede afectarle.
Por otro lado, un diagnóstico de infertilidad puede provocar estrés, como indica un estudio publicado en Cambridge, “la incidencia de depresión en las parejas que se presentan a tratamiento de la infertilidad es significativamente más alta que en parejas fértiles comparables. La ansiedad es significativamente mayor en parejas infértiles que en la población general.”
Tanta importancia tiene la salud mental en los tratamientos de fertilidad que la Semana de la Fertilidad Europea de 2023 estuvo dedicada a este tema. Bajo el título “La salud mental importa: empoderar a los pacientes de infertilidad con apoyo psicológico”, se destacaba la necesidad de contar con apoyo psicológico para personas en tratamiento de fertilidad, antes, durante y después de los procedimientos, además de desestigmatizar y concienciar sobre la infertilidad.
En este sentido, Cristina López López, psicóloga de IVI Madrid y coordinadora del grupo de interés psicológico de la Sociedad Española de la Fertilidad (SEF) nos habló sobre la pérdida de control ante un diagnóstico de infertilidad, y sobre cómo, afortunadamente, cada vez son más las mujeres que acuden a terapia en paralelo a sus tratamientos. Los procesos de fertilidad pueden ser una fuente de estrés significativo, los medicamentos, las intervenciones médicas y las visitas frecuentes al médico pueden ser agotadores tanto física como emocionalmente.
La infertilidad puede provocar una variedad de emociones negativas, como tristeza, ansiedad, frustración o ira. Las mujeres o parejas a menudo experimentan una montaña rusa emocional, alternando entre la esperanza y la desesperación con cada ciclo de tratamiento, con la culpa siempre en la cabeza. La presión social y familiar también tiene un impacto significativo, las preguntas y comentarios bien intencionados pueden aumentar la carga emocional. Además, puede afectar la relación de pareja, creando tensiones y conflictos que, en algunos casos, pueden llevar a la ruptura.
Las vacaciones son un momento perfecto para reducir este estrés que muchas parejas o mujeres sufren cuando están intentando buscar un embarazo y no llega, o incluso para aquellas que no lo tienen en mente, pero están ya hartas de escuchar la típica (y anticuada) pregunta cuando has pasado los 30 y no tienes descendencia. Alejarse del entorno habitual y de las rutinas diarias ofrece una oportunidad para desconectar y recargar la mente y el cuerpo, y son un momento perfecto para practicar el autocuidado, descansando, paseando, leyendo, haciendo deporte, escuchando música, …es decir, realizando todas esas actividades que nos producen bienestar y que no siempre es posible encajar en nuestro día a día.
También es un buen momento para mirar hacia el futuro, alejarse de las preocupaciones cotidianas puede dar espacio para la reflexión y el establecimiento de nuevas perspectivas. Es un buen momento para reflexionar sobre tus metas personales y profesionales, lo que puede incluir la planificación de la maternidad y la toma de decisiones sobre la preservación de la fertilidad, tanto si tienes claro que quieres ser madre en un futuro como si es algo en lo que todavía no habías pensado. En esta época disponemos de más tiempo, lo que nos permite investigar, consultar y tomar decisiones meditadas sin ningún tipo de prisa.
Abordar la infertilidad no solo requiere atención médica, sino también apoyo psicológico. La terapia debería formar parte de cualquier tratamiento de fertilidad para ayudar a las mujeres o parejas a manejar sus emociones durante este difícil proceso.