Congelar los óvulos para preservar la fertilidad por motivos sociales es una opción cada vez más extendida entre las jóvenes. No tener pareja estable, no haber encontrado el trabajo que te de la suficiente tranquilidad económica, vivir todavía con tus padres, estar saliendo a las 23h de la oficina… hay muchas razones que pueden ir retrasando tu maternidad, y son los llamados motivos sociales.
Hemos entrevistado a Irene Zabala, una mujer de 36 años que decidió preservar su fertilidad porque la doble oposición a la que se está preparando no le permite tener el tiempo de pensar en ser madre, pero tampoco se lo quiere perder en un futuro. Haber congelado sus óvulos le da tranquilidad
Irene, ¿Por qué decidiste preservar tu fertilidad?
La decisión de preservar mi fertilidad fue por un conjunto de motivos.
¿Tuviste algún miedo cuando pensaste en vitrificar tus óvulos?
Siempre te entran dudas cuando estás desinformado. Mi madre es médico y estos temas no los conocía en profundidad por lo que estaba preocupada por la parte quirúrgica y con que me fueran a dejar sin reserva ovárica, pero cuando fuimos a informarnos a un centro especialista en fertilidad de mi zona y nos lo explicaron todo, se le quitó toda la preocupación y hasta me animó. Nos lo explicaron muy bien. También pedimos para estar mucho más seguras (ya sabes cómo son las madres… a pesar de ser médico.) opinión a un médico amigo de la familia y nos dijo que no había normalmente ningún peligro.
Suponemos que te informaron de muchas cosas. ¿Alguna que te gustaría compartir?
Un dato que muchas veces no se conoce y que me explicaron los médicos, es que te sacan sólo los óvulos que estaban destinados a un solo ciclo menstrual.
Me explico: en cada ciclo natural, normalmente sólo crece un óvulo que, si luego no es fecundado, se va con la regla. Pero lo curioso es que en ese mismo ciclo hay muchos más óvulos en tus ovarios. Lo que ocurre cuando te realizan el tratamiento, es que les hacen crecer a todos con la medicación. Por lo que no estás “gastando” óvulos de otros ciclos, sino que estás usando todos los que tu cuerpo iba a desechar en uno solo. Es un dato que me parece importante.
En cuanto al tratamiento, las grandes preguntas que se hacen las chicas que se están planteando someterse a él es si duele, si es molesto…
Particularmente, no me dolió ni noté nada. Mis amigas que habían pasado por tratamientos de fertilidad me comentaron que igual se habían notado algo más sensibles, pero en mi caso y con sinceridad no fue así. Seguí estudiando exactamente igual que siempre. Si tuviera que decirte alguna cosa, es que me noté algo más hinchada, pero también es verdad que esos días estás más pendiente de tu cuerpo.
Irene no tuvo contratiempos durante el tratamiento y ahora tiene la tranquilidad de tener óvulos guardados por si algún día los necesita. Como muchas nos preguntáis por los pasos que hay que ir dando para preservar vuestra fertilidad, en próximos artículos os contaremos en detalle cómo fue el proceso completo que siguió Irene.
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Consulta siempre a tu médico si estás preocupada por tu salud.