“Planifica tu maternidad o paternidad cuanto antes”

La congelación de óvulos ayuda a nuestra salud mental

En el post anterior te hablé del descubrimiento que hice sobre la #EuropeanFertilyweek, que se celebró la primera semana de noviembre en todos los países europeos. Bueno, ¡un puntazo!

La he seguido por streaming y he tomado buena nota de algunos mensajes que ayudarán a muchas mujeres a decidir sobre su propio destino, como personas, como profesionales y como futuras madres.

Mira lo que dicen los médicos:

“La edad juega un papel fundamental en la fertilidad tanto en las mujeres como en los hombres. (A veces esto se nos olvida…y este comentario es de mi cosecha 😊). Sobre esto han sido muy claros: “A los 37 años, el 90% de los óvulos han desaparecido. A los 40, solo hay un 5% de probabilidad de quedar embarazada”. O sea, lo mismo que te vengo diciendo desde hace un montón de tiempo. El dichoso reloj biológico es el que es para las mujeres. Pero no se han quedado aquí. También han recordado que la calidad del esperma disminuye con la edad.

Planifica maternidad o paternidad cuanto antes”. Este ha sido su mensaje principal. Tanto para mujeres como para hombres. Tú sabes mejor cuándo estás lista- o estás listo- para tener hijos. Y yo añado: no deberíamos dormirnos en los laureles. ¿Qué trabajo te cuesta acudir a una clínica de reproducción asistida e informarte con especialistas?

Otra ‘perla’: “La edad también afecta a los tratamientos”. Es decir, las principales barreras para el diagnóstico de infertilidad según los pacientes son los estigmas y el diagnóstico tardío por retraso en la actuación del profesional sanitario. Vamos, que lo que dicen los especialistas es que, si habláramos de estas cosas con naturalidad y estuviéramos más informados, muchas personas serían más felices, porque actuarían antes de que fuera tarde, insisto, ¿qué trabajo cuesta acudir a una clínica de reproducción asistida e informarte con especialistas?

Seguimos: “Aunque cada país de la Unión Europea tiene su propio sistema sanitario y sus propias leyes, la mayoría coinciden en poner dificultades, como la edad, para que las mujeres puedan someterse a tratamientos de fertilidad”. Como las posibilidades de ser madre se reducen drásticamente a partir de los 35 años, la mayor parte de los países te deja fuera de los tratamientos de fertilidad a partir de esa edad (afortunadamente, en España, algunas comunidades autónomas están ampliando ese límite a los 40 años). Yo sigo erre que erre. ¿Qué trabajo cuesta acudir a una clínica de reproducción asistida e informarte con especialistas?

Y ya te dejo la ‘traca final’: “Los problemas de infertilidad son psicológicamente agotadores. Los tabúes sociales y los estigmas en torno a la (in)fertilidad son perjudiciales y provocan un retraso en los tratamientos. Es necesario implementar campañas de comunicación para eliminar los estigmas en toda Europa”. En fin, más claro, agua. Lo que veníamos hablando ya desde el post anterior, que muchos de estos problemas repercuten también en nuestra salud mental. Y en buena medida podrían resolverse con una adecuada información y educación desde la adolescencia. Lo vamos retrasando… y al final, nos tiramos de los pelos por no haber tomado medidas. Así pues… ¿qué trabajo cuesta acudir a una clínica de reproducción asistida e informarte con especialistas?

Yo ahí lo dejo.

¡Cuidado con estirar el ‘chicle’ de la fertilidad!

¡Cuidado con estirar el ‘chicle’ de la fertilidad!

“¡Alicia, no sé qué te pasa últimamente, pero escribes unas cosas que no gana una para sorpresas!” “¡¡Ahora me vas a decir que, comer chicle tiene que ver con la fertilidad!!!”

¡No mujer! ¡Nooooooo!!! Que estemos en verano no quiere decir que me haya dado una insolación. Cuando hablo de ‘estirar el chicle’ quiero decir que todavía hay demasiadas mujeres que empiezan a pensar en la posibilidad de congelar sus óvulos cuando han pasado los 35 años. ¡Hasta un 65%! ¡¡Una pasada!! Por eso soy tan insistente con este asunto. Los óvulos jóvenes son los que tenemos que congelar prioritariamente porque hay una diferencia muy clara: su calidad.

Otra vez tienes cara de pregunta. Ya sé lo que me vas a decir, ¿y eso de la calidad en qué consiste? Pues mira, básicamente, en que los óvulos más viejos tienen más probabilidades de acumular errores en su ADN durante el proceso de división previa. Una fase que se llama ‘meiosis’ y que consiste en que los óvulos, dentro de los ovarios, son óvulos ‘primordiales’ o inmaduros. A medida que ovula, pasan a esa otra fase de la división celular de la que venimos hablando. Y ahí está el quid de la cuestión de la calidad: tener más probabilidades de tener o no óvulos genéticamente normales o anormales. Ahí es nada. Aquí sí que no hay vuelta atrás ni medias tintas que valgan. Una vez que un óvulo se vuelve ‘anormal’, no tiene solución porque o el óvulo es genéticamente normal o no. Y las posibilidades de que no lo sean aumentan con la edad de la mujer.

¡Cómo te conozco! Ya vas a lanzarme la tercera pregunta. ¿Hay alguna manera de conocer previamente la calidad del óvulo? Pues me temo que no. Esa maravillosa prueba de calidad no existe. La única forma de saber si un óvulo es cromosómicamente normal es intentar fertilizarlo y, si la fertilización tiene éxito, realizar una prueba genética en el embrión.

“Alicia, pero es que no lo entiendo. Estoy harta de ver en las revistas a un montón de influencers que son mayores de 40 años y hasta de 45 incluso, y que son madres y les va tan ricamente”. Bueno, mi querida y ‘preguntona’ amiga. Tengo que decirte que estas influencers están jugando a la ruleta. Porque, además, no nos cuentan la cantidad de intentos, los métodos y las circunstancias en las que llegan a ser madres.

Vamos a ir a lo seguro y a lo sensato. Que es mucho mejor preservar nuestros mejores óvulos cuando tenemos la oportunidad de hacerlo, que para jugar a la ruleta siempre podemos irnos a Las Vegas disfrazadas de Elvis.

¿Planificar tu fertilidad? ¿Y por qué no?

¿Planificar tu fertilidad? ¿Y por qué no?

¿Planificar la fertilidad? ¿Y por qué no? Los mejores óvulos y las mayores oportunidades de ser madres las tenemos hasta los 35 años.

Ayer fuimos Alfonso y yo a cenar a casa de mis padres. Mientras preparábamos la cena, mi madre me comentó, un poco sorprendida: “Si es que ahora hasta se planifica la fertilidad, cuando ser madre tiene que ser algo natural”. Le pregunté a qué se refería con eso de “algo natural”. “Mujer, pues a esperar a que la naturaleza haga su trabajo”. “Mamá”- le dije- “Pero, ¿y si cuando la ‘naturaleza puede hacer su trabajo’ hay circunstancias que te lo impiden? ¿No será mejor prevenirlo? Planificar es parte de la vida, en cualquier circunstancia”.

Le expliqué a mi madre las ventajas de planificar el momento de ser madre, comenzando por congelar tus óvulos cuando eres joven. Tengo amigas que se han decidido a ser madres llegando a los 40, más como última oportunidad que por convicción. “¡Tengo el reloj biológico encima!”. Hoy en día no hay ninguna necesidad de ello. Esta maternidad tampoco es ‘natural’ porque viene condicionada por las circunstancias y la edad.

Ya sabemos que los mejores óvulos y las mayores oportunidades de ser madres las tenemos hasta los 35 años. Si es entre los 20 y los 30 años todavía mejor. Y ya sabemos que esos años son fundamentales para nuestro desarrollo como profesionales. No solo para nosotras sino también para nuestra pareja, que se nos olvida que también ‘cuenta’ y que también tiene que estar preparada o preparado para tener un hijo.

Así que le expliqué a mi madre que la congelación de óvulos es un proceso muy sencillo que solo necesita un proceso de estimulación ovárica para extraer los óvulos después. Nada de molestias posteriores y con un poco de anestesia. Y los recuperas cuando quieras.

Me hizo gracia cómo iba cambiando la expresión de la cara de mi madre cuando le conté todo esto. Del ceño fruncido a la sorpresa y la convicción. Mi madre ha sido siempre muy abierta, pero es cierto que en su generación las cosas funcionaban de otra manera. Acabó por decirme: “¿Planificar la fertilidad? ¿Y por qué no? Vamos a cenar. ¡Todo el mundo a la mesa!”.

 

El estrés, mi peor enemigo. La ciencia, mi mayor aliada

Aprende a soltar

Como ya sabemos, una de las principales causas de la infertilidad está relacionada con la edad de la mujer. Pero, existen otros factores que pueden agravar esta situación, o que, incluso, pueden ser determinantes, aun cuando estamos en la mejor edad fértil, entre los 20 y los 30 años.

Esto es muy importante tenerlo en cuenta a la hora de planificar nuestra maternidad, ahora o más adelante. Pensemos que acabas la carrera y empiezas a hacer prácticas en una empresa en la que querrías quedarte. El nivel de estrés que probablemente te supone estar con ese nivel de exigencia en la cabeza puede ser brutal. Y, además,  de afectarte en el plano emocional, puede estar repercutiendo directamente en tu fertilidad y tu capacidad para quedarte embarazada. Tú no lo sabes y ni siquiera lo piensas porque das por hecho que, como eres joven, puedes tener un hijo cuando quieras.

Hablando con un amigo psicólogo sobre esto me dijo que no me faltaba razón, pero lo peor de todo es que no estamos acostumbrados a relacionarlo. Me viene a la cabeza la situación de Sara, una compañera de trabajo con la que empecé una amistad hace algún tiempo cuando empezamos como becarias. Para ella, cualquier situación es motivo de estrés y lo pasa fatal. Se casó hace un año con mucha ilusión por ser madre enseguida y todavía no sabemos nada. ¿Y si estuviera pasando por una situación así?

De nuevo le pregunto a Paco, este amigo que os digo que es psicólogo. “¿Qué puede hacer Sara?”. “Lo mejor es que venga a consulta y empecemos a trabajar sobre ese estrés y, una vez que lo tengamos controlado, le recomiendo que congele sus óvulos ahora que es joven, porque ella siempre va a tener tendencia a estresarse y ya vemos que, con casi toda seguridad, puede ser un factor que esté influyendo en su fertilidad”, me dice.

La verdad es que me ha parecido, ¡una gran idea! La congelación de óvulos antes de los 30-34 es ideal porque preservas los mejores óvulos para el momento adecuado, que, en el caso de Sara, será cuando aprenda a controlar el estrés. Cuando ella se sienta preparada y no tenga esa ansiedad por hacer todo bien en el trabajo.

Las cosas han cambiado y ahora eres tú, como mujer, la que decide y prioriza sus necesidades sin renunciar a nada. Ya le diré a Sara que no deje pasar el tiempo, esto es lo más importante,  que controle ese estrés, que afecta a nuestra calidad de vida y que aproveche ahora que la ciencia está de nuestro lado.

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