Me da mucha pena cuando escucho a una mujer que no tiene hijos porque vulgarmente ‘se le ha pasado el arroz’, y esto le ha generado ansiedad, depresión y estrés. Y digo lo que he dicho otras veces, ¿por qué no hay más información sobre las ventajas emocionales que tiene tomar la decisión de congelar tus óvulos cuando todavía estás a tiempo? Ya me conocéis, por mí no va a quedar, desde luego. Decide a tiempo y evita la frustración.
Poco a poco se van conociendo cosas interesantes. Como, por ejemplo, que cuando una mujer acude a un proceso de reproducción asistida lo hace como último recurso. La posibilidad de no ser madre le hace sentirse deprimida, incluso, hasta ‘culpable’, en los casos en los que la infertilidad es a causa de la edad. Ya sabemos que a partir de los 35 años las posibilidades que tenemos las mujeres merman considerablemente. Es una faena y gorda, pero la naturaleza es la que es.
En el post anterior hablábamos del papel tan importante que tiene la pareja cuando la decisión de congelar los óvulos se toma entre los dos. También te hablé de mi amiga Malena, la psicóloga. Ella dice que a su consulta acuden parejas que pasan por una crisis y en ocasiones no saben por qué… hasta que tira del ovillo y el conflicto viene motivado por no poder tener hijos. Ambos le echan la culpa al otro. Por tremendamente injusto que sea, es la realidad en muchas de estas parejas. La tentación de volcar su frustración en el otro siempre está ahí.
Cuando me contó esto, le pregunté si en alguna ocasión les ha preguntado si en algún momento de su vida, cuando eran más jóvenes, se habían planteado la posibilidad de que ella- o una de ellas si son dos mujeres- congelara sus óvulos. “Es curioso”- me dice- “pero nunca se me ha pasado por la cabeza, aunque es una muy buena pregunta”. ¿Cuántas parejas serían más felices ahora si hubieran decidido congelar los óvulos cuando estaban a tiempo?
Pues, a decir verdad, no lo sabemos, pero probablemente, más de las que nos imaginamos. Las consecuencias no tener hijos cuando se ha tenido la posibilidad y se ha dejado pasar, son muy dolorosas. Y esto puede acabar con el amor más bonito del mundo.
Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), los tratamientos de fecundación in vitro a mujeres sin pareja han aumentado en los últimos años, del 4,4% del total de los nacimientos en 2016 al 8% en 2020, y es una cifra que aumenta cada año.
Cada vez son más mujeres las que tienen claro que quieren ser madres, independientemente de que tengan pareja o no, y llegado el momento deciden someterse a un tratamiento de fertilidad para cumplir su deseo de formar una familia.
Hemos hablado con Ainhoa, que se sometió a un tratamiento de reproducción asistida para ser madre soltera. Años después de tener a su bebe le diagnosticaron un cáncer de mama.
Sus palabras pueden ayudar a muchas mujeres a las que les hayan diagnosticado una enfermedad que pueda condicionar su fertilidad y también a aquellas mujeres o parejas de mujeres que quieran ser madres con un donante.
Nos sumamos a una de las recomendaciones de Ainhoa, no solo cuando te sometes a un tratamiento de reproducción asistida en solitario sino cuando lo haces en pareja, es de gran ayuda apoyarte en mujeres que están pasando por el mismo proceso que tú.
Como nos explicó la doctora Ana Polo Ramos, directora del programa de Reproducción Asistida de la Fundació Puigvert – Hospital de Sant Pau de Barcelona en una entrevista, cuando una mujer tiene una enfermedad que pueda condicionar de manera importante en su fertilidad, la preservación de la fertilidad está indicada.
También hablamos de maternidad y cáncer de mama con el doctor Luis Rodríguez Tabernero, jefe de la unidad de reproducción humana asistida del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, en una entrevista en la que nos explicó el proceso que debería seguir una paciente a la que le acaban de detectar un cáncer de mama.
Antes de comenzar un tratamiento de quimioterapia es recomendable preservar la fertilidad mediante la congelación de óvulos, así, una vez superada la enfermedad, la mujer podrá utilizarlos en caso de que quiera ser mamá.
Casi siempre que hablamos de congelar nuestros óvulos pensamos y razonamos de acuerdo a nuestra perspectiva como mujeres. Hemos hablado muchas veces- aunque no las suficientes y por ello, insistiremos- en las ventajas que tiene este método de preservación de la fertilidad para nosotras, no solo en el ámbito personal, sino también en otros muchos campos de nuestra vida, pero en ocasiones nos olvidamos de la persona, si es que la hubiera, con la que compartimos nuestra vida, pero es importante hablar con tu pareja sobre tratamientos de fertilidad.
Pero ¿qué pasa con nuestra pareja, sea hombre o mujer? ¿Qué papel tiene en todo esto? ¿Cómo se siente? ¿Participa? Pues como ya me conocéis, pregunta que me surge, pregunta que trato de responder. De modo que, aprovechando que había quedado a tomar café con mi amiga Malena, que es psicóloga, le planteo la cuestión.
Malena me dice que cuando una mujer se plantea congelar sus óvulos estando en una relación de pareja estable, el papel del otro en este proceso es fundamental y puede suponer en algunos casos un reto en su relación. “¿Reto en su relación?” repito en voz alta.
“Sí”, me responde Malena, contundentemente. Dice que, como en todas las decisiones que se toman en pareja, hay que saberlas llevar a buen puerto. Es decir, mientras que a unas parejas el proceso de tomar la decisión, asesorarse y llevarlo a cabo les une más, hay otras que se “estropean” por el camino. Las parejas que lo saben llevar bien, que deciden en común porque lo valoran como un proyecto de dos de principio a fin, se sienten más unidas; la comunicación y la empatía entre ellos mejora e incluso, discuten menos. ¿Por qué? porque en todo momento lo han planteado como un proyecto común, aunque físicamente afecte solo a la mujer, o a una de las mujeres, en el caso de que se trate de una pareja formada por dos mujeres.
Pero… ¡cuidado! Hay mujeres que, una vez tomada la decisión de congelar sus óvulos, se “olvidan” de su pareja. La apartan a un lado y le cuentan el proceso como si fuera una cosa exclusivamente suya. Malena dice que, en estos casos, la pareja se siente desplazada, “es como si cuando aprendes a montar en bicicleta te apoyas en ruedines y cuando adquieres seguridad, los quitas y vas tu sola… sin permitir que otra persona camine -o monte- contigo, a tu lado, a la misma velocidad que tú”.
Chicas, no caigáis en esto. No hagáis que vuestra pareja sea un mero observador u observadora. Es la persona que habéis elegido para caminar en la vida, no se somete al proceso de congelación como tú, vale, quizá en un futuro ni siquiera será ya tu pareja, pero en este momento lo es y siempre tendrás un bonito recuerdo de este paso que has compartido con la persona que amas.
En el post anterior te hablé del descubrimiento que hice sobre la #EuropeanFertilyweek, que se celebró la primera semana de noviembre en todos los países europeos. Bueno, ¡un puntazo!, y si hay algo que han dejado claro, es la importancia de planificar la maternidad o paternidad con tiempo suficiente
La he seguido por streaming y he tomado buena nota de algunos mensajes que ayudarán a muchas mujeres a decidir sobre su propio destino, como personas, como profesionales y como futuras madres.
Mira lo que dicen los médicos:
“La edad juega un papel fundamental en la fertilidad tanto en las mujeres como en los hombres. (A veces esto se nos olvida…y este comentario es de mi cosecha 😊). Sobre esto han sido muy claros: “A los 37 años, el 90% de los óvulos han desaparecido. A los 40, solo hay un 5% de probabilidad de quedar embarazada”. O sea, lo mismo que te vengo diciendo desde hace un montón de tiempo. El dichoso reloj biológico es el que es para las mujeres. Pero no se han quedado aquí. También han recordado que la calidad del esperma disminuye con la edad.
“Planifica maternidad o paternidad cuanto antes”. Este ha sido su mensaje principal. Tanto para mujeres como para hombres. Tú sabes mejor cuándo estás lista- o estás listo- para tener hijos. Y yo añado: no deberíamos dormirnos en los laureles. ¿Qué trabajo te cuesta acudir a una clínica de reproducción asistida e informarte con especialistas?
Otra ‘perla’: “La edad también afecta a los tratamientos”. Es decir, las principales barreras para el diagnóstico de infertilidad según los pacientes son los estigmas y el diagnóstico tardío por retraso en la actuación del profesional sanitario. Vamos, que lo que dicen los especialistas es que, si habláramos de estas cosas con naturalidad y estuviéramos más informados, muchas personas serían más felices, porque actuarían antes de que fuera tarde, insisto, ¿qué trabajo cuesta acudir a una clínica de reproducción asistida e informarte con especialistas?
Seguimos: “Aunque cada país de la Unión Europea tiene su propio sistema sanitario y sus propias leyes, la mayoría coinciden en poner dificultades, como la edad, para que las mujeres puedan someterse a tratamientos de fertilidad”. Como las posibilidades de ser madre se reducen drásticamente a partir de los 35 años, la mayor parte de los países te deja fuera de los tratamientos de fertilidad a partir de esa edad (afortunadamente, en España, algunas comunidades autónomas están ampliando ese límite a los 40 años). Yo sigo erre que erre. ¿Qué trabajo cuesta acudir a una clínica de reproducción asistida e informarte con especialistas?
Y ya te dejo la ‘traca final’: “Los problemas de infertilidad son psicológicamente agotadores. Los tabúes sociales y los estigmas en torno a la (in)fertilidad son perjudiciales y provocan un retraso en los tratamientos. Es necesario implementar campañas de comunicación para eliminar los estigmas en toda Europa”. En fin, más claro, agua. Lo que veníamos hablando ya desde el post anterior, que muchos de estos problemas repercuten también en nuestra salud mental. Y en buena medida podrían resolverse con una adecuada información y educación desde la adolescencia. Lo vamos retrasando… y al final, nos tiramos de los pelos por no haber tomado medidas. Así pues… ¿Qué trabajo cuesta acudir a una clínica de reproducción asistida e informarte con especialistas?
Yo ahí lo dejo.
La preservación de la fertilidad por causas médicas está recomendada cuando una mujer vaya a comenzar cualquier tratamiento que pueda ver reducida su capacidad reproductiva o una enfermedad o condición genética que pueda tener un efecto negativo en su fertilidad.
En el caso de un cáncer de mama, las tasas de supervivencia son superiores al 80%, gracias al diagnóstico temprano a la mejora de los tratamientos. Muchas de estas mujeres no habían tenido hijos antes del cáncer, por lo que es una petición cada vez más frecuente congelar sus óvulos antes del tratamiento, para no privarles de la capacidad de ser madres.
En la European Fertility Week, celebrada la primera semana de noviembre desde 2016, hablamos con la doctora Ana Polo Ramos, Directora del programa de Reproducción Asistida de la Fundació Puigvert – Hospital de Sant Pau de Barcelona, sobre preservación de la fertilidad por causas médicas.
Cuando se realiza una preservación de la fertilidad por causas médicas, el procedimiento no varía al de una mujer que quiere congelar sus óvulos para retrasar su maternidad.
El tratamiento comienza con una estimulación ovárica, que suele empezar con el segundo día del periodo menstrual, aunque en mujeres a las que se les ha detectado un cáncer, esta estimulación puede realizarse en otro momento para ganar algo de tiempo, ya que la congelación de óvulos se realiza antes de la quimioterapia o la radioterapia, pero esta debería empezar cuanto antes para evitar que el cáncer se extienda.
La estimulación ovárica, consistente en la inyección de hormonas, dura entre 10 ó 12 días, después de los que se extrae el líquido folicular y de ahí los ovocitos para su posterior congelación. Como explicó el doctor Luis Rodríguez Tabernero, jefe de la unidad de reproducción humana asistida del Hospital Clínico Universitario de Valladolid en esta entrevista, “una vez que una mujer ha superado el cáncer, puede ser madre con garantías.”