Cómo saber si mis óvulos son válidos para preservarlos

¿Mis óvulos son válidos para preservarlos?

Después de conocer la historia de mi tía, he tomado la decisión de congelar mis óvulos y así preservar mi fertilidad para poder decidirme que momento usarlos, pero me surge la duda de cómo saber si mis óvulos son válidos para preservarlos.

Hay otra pregunta que ronda mi cabeza y es cómo puedo saber si mis óvulos son válidos para preservarlos. Después de conocer la historia de mis tíos María Luisa y Arturo, se me ha quedado la mosca detrás de la oreja y ya no quiero correr riesgos. Pero ahora me ha dado por pensar que, a ver si después de pasar por todo el tratamiento de estimulación ovárica para recuperar los óvulos y congelarlos, resulta que mis óvulos no valen, ¿cómo saberlo?

Pues parece ser que, de antemano no es fácil saberlo. Pero, lo que sí podemos saber de forma aproximada, son los óvulos que se podrían obtener y estimar las posibilidades de que esos óvulos sobrevivan a la vitrificación y desvitrificación. Esto pinta bien entonces y me da mayor seguridad porque así podremos valorar si merece la pena realizar la estimulación que necesitamos, recuperar los óvulos y congelarlos.

También me han dicho que una vez que tenemos los óvulos, se evalúan y solo se congelan los que alcanzan un grado de madurez necesario para vitrificarlos. Es decir, que lo que no te vas a encontrar nunca es la sorpresa de creer que tus óvulos reúnen todas las condiciones, los congelan así ‘por las buenas’ y luego vas a recuperarlos y resulta que no te sirven.

Saber esto creo es súper importante, es cierto que la ciencia está de nuestro lado. Nos está ayudando a dar ese paso de gigante que supone garantizar más posibilidades de ser madres y, además, serlo en el momento apropiado para nosotras, cada una con sus circunstancias. Pero me parece muy bien que tengamos siempre claro que ‘la ciencia no hace milagros’. Quiero decir que debemos aprovechar todas las bazas que tenemos, pero que no nos dejemos llevar por espejismos, ni falsas promesas de esas que te puedes encontrar por las redes sociales o simplemente en Google, de gente interesada que no te cuenta toda la verdad.

La vitrificación de óvulos es un paso de gigante de la ciencia. Me atrevería decir que aumenta nuestro potencial como mujeres y que nos ayuda a poder planificar nuestra vida y no tener que escoger o elegir. O que nos pase como a mi tía María Luisa, que por no conocer este avance se quedó sin la oportunidad de tener una familia, como ella quería. Pero precisamente porque es ciencia y es riguroso, tenemos que saber que hay otros condicionantes- como es la calidad de nuestros óvulos- que influyen en este proceso.

Carta a mi futura yo, hiciste bien preservando tu fertilidad

Carta de Emma. Cartas a mi futuro yo.

Carmen es una ginecóloga residente en Madrid, y tiene el trabajo de sus sueños en una clínica de reproducción asistida. Tuvo la suerte de acabar la carrera y que el centro abriese justo en esa época. Atender a sus pacientes en esa clínica le permite desempeñar una parte muy especial y personal de la medicina. Hoy se escribe una carta a su futura yo para decirle que hizo bien preservando su fertilidad y que pese a las adversidades cumplió sus sueños siendo fiel a sí misma.

Querida Carmen:

Estoy escribiendo a “tu yo” de dentro de 8 años, cuando tengas 45. Te imagino en el parque, riéndote y jugando con tu hija de 5 años y tu pequeño de 3. Te veo como una mujer valiente, moderna, con una profesión que “trae vida”, que adoras, y una familia para la que tuviste la previsión de prepararte.

Tomaste algunas decisiones muy difíciles para llegar donde estas. Tras finalizar la carrera, decidiste quedarte en Madrid, lugar donde estudiaste. Esto implicaba separarte de tu ciudad natal, La Coruña, de tu familia y de tu novio de ese momento.

Los siguientes años fueron aún más difíciles. Aunque estabas contenta con tu trabajo, tomaste malas decisiones y tuviste mala suerte con los hombres, lo que te hizo perder confianza en ti misma. Te preocupaba no tener una relación feliz y sana a largo plazo con alguien.

Te sentías un poco perdida, pero lo tenías claro en lo referente a un tema en concreto: tu fertilidad. Conocías todo, por tu trabajo, de la infertilidad, de cómo las posibilidades de quedarte embarazada a partir de los 35 años empiezan a disminuir. Habías visto como algunas de tus pacientes sufrían porque no podían quedarse embarazadas. Así que a tus 33 años decidiste congelar tus óvulos. Te sentiste más segura de esa forma. Sabías que de este modo tendrías más flexibilidad a la hora de elegir el mejor momento para formar una familia.

Fue una decisión valiente. Y la segunda decisión valiente que tomaste vino tres años después, a tus 36, cuando padeciste depresión. Elegiste romper con todo tu pasado y comenzar de nuevo, para mejorar tu vida. El detonante de este cambio radical fue el nacimiento de tu sobrino, Marcos. Su nacimiento te inspiró para convertirte en la mejor tía que podría tener. Para ello debías estar sana. Te diste cuenta de que necesitabas ayuda psicológica y recibiste tratamiento.

La gran lección que recibiste en ese momento fue muy importante y continúa marcando tu vida incluso ahora: debes tomar tus propias decisiones sin depender de nadie. No tienes que dar explicaciones a nadie y no necesitas la aprobación de otros.

Este es el año en el que decidiste ser madre soltera. Y ahora, a tus 45, mira qué ha sucedido. Has diseñado tu camino exactamente como deseaste.  Sacaste tiempo para tu carrera y para tu familia en el momento que lo consideraste. ¿Y, a día de hoy? Tu sobrino tiene 9 años y medio y es un compañero de juegos maravilloso para tus hijos, algo que habría sido imposible si no hubieras aprendido a ser fiel a ti misma y a tus propios sueños.

Con orgullo por lo que has conseguido.

Carmen

 

 

Mis óvulos congelados podrían dar la felicidad a otras mujeres

¿Y si mis óvulos dan la felicidad a otros?

Hoy quiero hablar de la posibilidad de que mis óvulos congelados puedan dar la felicidad a otras mujeres; ya que este tipo de donación evita la necesidad de sincronizar los ciclos menstruales de las donantes y las receptoras.

El otro día yendo en el metro me pregunté si mis óvulos congelados podrían dar la felicidad a otras mujeres mientras escuchaba una conversación entre 2 chicas que iban sentadas a mi lado. Una de ellas estaba bastante triste porque le estaba comentando a su amiga que ella y su marido no podían tener hijos. Ella había pasado por un tratamiento de quimioterapia hacía tiempo y esto se había llevado por delante la posibilidad de ser madre de manera natural, puesto que, en aquel momento, había tanta urgencia, que no hubo tiempo de buscar alguna alternativa para preservar sus posibilidades de ser madre en un futuro. Decía que a medida que pasaban los años le daba más pena no haber podido formar una familia, que se le iban los ojos detrás de todos los bebés.

Como os digo, yo iba sentada junto a ellas y pude escuchar esta conversación perfectamente. Y pensé en el tema de la vitrificación de óvulos. ¿Y si una mujer joven como yo congelara sus óvulos y los donara a un banco de óvulos para que otras mujeres pudieran hacer su sueño realidad? ¡Qué buena idea! ¡Otra ventaja más que ofrece la congelación de nuestros óvulos! Me parece toda una demostración de solidaridad con otras mujeres. Además, facilita el proceso de donación de óvulos porque evitamos la necesidad de sincronizar los ciclos menstruales de las donantes y las receptoras, como ocurre en los ciclos de ovodonación en fresco.

Pienso que si cuando congelamos nuestros óvulos destinamos una parte a esta posibilidad, estamos facilitando también la creación de bancos de óvulos. ¡Qué manera más bonita de reducir listas de espera para recibir óvulos donados!

Imagino la cantidad de mujeres que por culpa de la pandemia han tenido que retrasar este momento para poder ser madres. Definitivamente, la congelación de óvulos me parece una manera más de contribuir a que el mundo no se detenga, de que la felicidad de otras personas también es cosa nuestra. Este es el verdadero significado de la solidaridad.

¡Voy a seguir investigando sobre esto y os lo cuento!

 

 

 

 

¿Cuántos óvulos debes congelar si quieres ser madre más adelante?

¿Cuántos óvulos debo congelar?

Una de las principales dudas de una mujer cuando se plantea la preservación de la fertilidad es “¿cuántos óvulos debes congelar si quieres ser madre más adelante?” ¡Hoy resolvemos esa duda!

Seguimos hablando de Micaela, la amiga de mi hermana Carmen, la que tiene un niño porque un día tomó la decisión de congelar sus óvulos. Si no te acuerdas, lee este post donde te cuento la historia de Micaela y Rubén- otra historia de amor de madre que comenzó con una buena decisión, la congelación de óvulos. Como soy tan ‘preguntona’, aprovechando que hemos coincidido en el cumpleaños de mi hermana, le pedí que me contara más cosas sobre la congelación de óvulos. Lo primero que me saltó a la cabeza fue ¿cuántos óvulos debo congelar si quiero ser madre más adelante?”. Le dije que me estoy informando y que conozco varios casos a mi alrededor de mujeres que han decidido su momento adecuado para ser madres.

Según me comentó Micaela, una de las cosas que comprobaron cuando ella pasó por este proceso fue su nivel de fertilidad. Ella me confirmó lo que ya sabemos, que lo ideal es ser menor de 35 años porque probablemente, la reserva ovárica será mayor. Me dijo también que hay un registro de la Sociedad Española de Fertilidad con mucha información interesante sobre preservación de la fertilidad.

¡No tenía ni idea de que existiera este registro! ¡Me parece genial! Esto es un plus más de garantía y seguridad detrás de nuestra decisión de congelar nuestros óvulos. Lo digo para los que todavía piensan que esto es ‘cosa de magia’. De magia nada, ciencia, ciencia y ciencia a favor de la libertad de las mujeres. ¡Me encanta!

Micaela me comentó que, normalmente, en el proceso de congelación se suelen obtener entre 8 y 10 óvulos. Así que, siempre es recomendable pasar por 2 o 3 ciclos. Ella pasó por 2 ciclos para asegurarse bien. Sin embargo, no es imprescindible, si no quieres o no puedes. Como me dijo Micaela: “Siempre es mucho mejor tener, aunque sea un óvulo congelado que no tener ninguno, y cuanto antes te decidas, conservarás los mejores y de mayor calidad”.

En su caso, la prueba la tenemos en Rubén. Un niño precioso y feliz, que ha hecho realidad el sueño de Micaela: ser madre cuando ella ha elegido su mejor momento.

¡Buff! ¡Aquí hay mucho que preguntar todavía! Pues nada, siempre tendremos a Micaela para que nos solucione todas nuestras dudas.

 

 

 

 

La diferencia entre un embarazo «natural» y uno con óvulos congelados

Y ahora... ¡El embarazo!

Cuando una mujer se queda embarazada con óvulos congelados y gracias a técnicas de reproducción asistida, tiene muchas dudas. En esta ocasión os quiero hablar de la diferencia entre un embarazo “natural” y uno con óvulos congelados a través de mi amiga Katy.

El otro día quedé con mi amiga Katy a la salida del trabajo. Hace tiempo que no nos vemos porque anda muy liada, entre otras cosas, porque tiene una niña, Alba, que tiene 5 añitos. Ya sabemos lo que es eso: ¡correr todo el día de un lado para otro! Pero Katy está feliz con ‘tanta carrera’. Ella tuvo a Alba gracias a que había congelado sus óvulos antes. Hacía tiempo que quería hablar con ella sobre su embarazo, y preguntarle la diferencia entre un embarazo “natural” y uno con óvulos congelados.

A Katy le diagnosticaron un tumor, así que antes de pasar por el tratamiento, tuvo tiempo para preservar sus óvulos. Hoy, disfruta de la vida y de su hija. Quedamos en el parque que hay debajo de su casa. Y mientras veíamos cómo jugaba Alba con otros niños, no pude contenerme. Le dije que sí, que ya sé cosas sobre el tema de la congelación de óvulos, pero no me había planteado la cuestión del embarazo. “Oye, Katy: ¿En qué se diferencia un embarazo natural de uno a partir de óvulos congelados?” A Katy se le puso cara de ‘emoticono sorprendido’ y luego de ‘emoticono muerto de risa’. “¿Qué pasa?, ¿Por qué te sorprendes y te ríes?”, le dije.

“A ver, Alicia, porque los 2 embarazos son ‘naturales’ como tú los llamas. No existe diferencia entre un embarazo con óvulos frescos y uno logrado con ovocitos congelados. Te lo confirmo yo, con mi experiencia, y un montón de publicaciones científicas que puedes encontrar en Internet”.

¡Es verdad! ¡Qué pregunta más tonta! Ahora, a la que se le puso cara de ‘emoticono tonto’ fue a mí. La cosa está en que, una vez recuperados los óvulos congelados para ser madre con ellos, hay que pasar por un proceso de reproducción asistida. Es decir, se descongelan lo óvulos, se inseminan con el semen de tu pareja o de algún donante y, una vez fecundados, se depositan los embriones en el útero. Las posibilidades de éxito están relacionadas con la edad de la mujer que congeló los óvulos. No de que los óvulos hayan sido previamente congelados.

“Mira, Alicia”, me dijo Katy. “Debes tener claro que la naturaleza nos ha puesto un tope a las mujeres para ser madres y que no tiene nada que ver con la vida que llevamos. Si tienes claro que en algún momento te gustaría tener hijos pero consideras que ahora no es tu momento, te recomiendo la vitrificación de tus óvulos. A mí me ha ofrecido la oportunidad de tener a Alba. Si no lo hubiera hecho, quizá tras el tratamiento contra el cáncer habría sido prácticamente imposible. El tratamiento me dio la vida… y la vida sin Alba ya no la concibo”.

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