El otro día quedé con mi amiga Katy a la salida del trabajo. Hace tiempo que no nos vemos porque anda muy liada, entre otras cosas, porque tiene una niña, Alba, que tiene 5 añitos. Ya sabemos lo que es eso: ¡correr todo el día de un lado para otro! Pero Katy está feliz con ‘tanta carrera’. Ella tuvo a Alba gracias a que había congelado sus óvulos antes. Hacía tiempo que quería hablar con ella sobre su embarazo, y preguntarle la diferencia entre un embarazo “natural” y uno con óvulos congelados.
A Katy le diagnosticaron un tumor, así que antes de pasar por el tratamiento, tuvo tiempo para preservar sus óvulos. Hoy, disfruta de la vida y de su hija. Quedamos en el parque que hay debajo de su casa. Y mientras veíamos cómo jugaba Alba con otros niños, no pude contenerme. Le dije que sí, que ya sé cosas sobre el tema de la congelación de óvulos, pero no me había planteado la cuestión del embarazo. “Oye, Katy: ¿En qué se diferencia un embarazo natural de uno a partir de óvulos congelados?” A Katy se le puso cara de ‘emoticono sorprendido’ y luego de ‘emoticono muerto de risa’. “¿Qué pasa?, ¿Por qué te sorprendes y te ríes?”, le dije.
“A ver, Alicia, porque los 2 embarazos son ‘naturales’ como tú los llamas. No existe diferencia entre un embarazo con óvulos frescos y uno logrado con ovocitos congelados. Te lo confirmo yo, con mi experiencia, y un montón de publicaciones científicas que puedes encontrar en Internet”.
¡Es verdad! ¡Qué pregunta más tonta! Ahora, a la que se le puso cara de ‘emoticono tonto’ fue a mí. La cosa está en que, una vez recuperados los óvulos congelados para ser madre con ellos, hay que pasar por un proceso de reproducción asistida. Es decir, se descongelan lo óvulos, se inseminan con el semen de tu pareja o de algún donante y, una vez fecundados, se depositan los embriones en el útero. Las posibilidades de éxito están relacionadas con la edad de la mujer que congeló los óvulos. No de que los óvulos hayan sido previamente congelados.
“Mira, Alicia”, me dijo Katy. “Debes tener claro que la naturaleza nos ha puesto un tope a las mujeres para ser madres y que no tiene nada que ver con la vida que llevamos. Si tienes claro que en algún momento te gustaría tener hijos pero consideras que ahora no es tu momento, te recomiendo la vitrificación de tus óvulos. A mí me ha ofrecido la oportunidad de tener a Alba. Si no lo hubiera hecho, quizá tras el tratamiento contra el cáncer habría sido prácticamente imposible. El tratamiento me dio la vida… y la vida sin Alba ya no la concibo”.
Seguro que no te sorprende el título de este post, “Las españolas, preocupadas por los temas relacionados con el embarazo ”, porque apuesto a que conoces a alguna amiga o familiar de unos treinta y tantos que ha recurrido a la reproducción asistida o que está ‘como loca’ buscando la mejor calculadora de embarazo para saber cuáles son sus días fértiles. En este artículo te contamos por qué las mujeres deberíamos informarnos y actuar. ¡Y si es antes de los 30 años mejor!
A las mujeres españolas les preocupan más los temas sobre el parto, el embarazo y la infertilidad que a la media de las mujeres europeas. Esta es una de las principales conclusiones del Informe de Bienestar de la Mujer impulsado por la compañía farmacéutica Gedeon Richter, líder en salud de la Mujer.
¿Sabes por qué?. Las razones seguramente tienen que ver con las cifras sobre natalidad y fertilidad que barajamos en España: tenemos un ranking que deja bastante que desear: nuestro país lidera el segundo puesto en la Unión Europea conla tasa de fertilidad más baja, (imagínate que estamos hablando de que la media en nuestro país es de 1,31 hijo por mujer) y sólo nos supera Malta con una media de 1,26, según un estudio de la oficina estadística comunitaria Eurostat sobre los nacimientos en la UE.
¿Qué queremos decir con esto? Para que te hagas una idea: la tasa es tan bajita en nuestro país, que, por cada 1.000 habitantes residentes españolas en la UE, sólo se registran 7,9 nacimientos. ¡Y eso nos lleva cada año a tener un país con menos niños!
Otra cuestión importante es que el informe Eurostat también nos adelanta otro dato que da mucho que pensar: las españolas son las segundas europeas que más retrasan la maternidad, teniendo su primer hijo con una media de 30,9 años, sólo superadas por las italianas, que llevan la cifra a los 31,1 años.
¿Y por qué tenemos hijos tan tarde y tan mayores? Pues la causa de estasituación parece encontrarse en el estilo de vida que tenemos actualmente en nuestro país. “Son miles las mujeres que cada año retrasan su maternidad por diferentes motivos: porque no pueden enfrentarse económicamente a ella, porque les supondría un problema a nivel laboral o porque no han encontrado la estabilidad emocional que desean para tener hijos”, explica Irene García, socióloga experta en natalidad.
Todo esto nos lleva a un envejecimiento importante de la población: el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el Movimiento natural de la población, nos recuerda que, en solo 10 años, la disminución de nacimientos ha sido exponencial. Para hacernos una idea te doy un dato, en 2018 se registraron 152.405 nacimientos menos que en 2008.
El tener hijos tarde, no tendría por qué suponer un problema, ya que también se está retrasando la esperanza de vida en nuestro país, y esto podría hacer pensar que los óvulos estarían disponibles hasta más tarde. Pero la realidad es que, a partir de los 35 años, la calidad de los óvulos de la mujer disminuye considerablemente, y esto provoca que comiencen los problemas de fertilidad.
“Decidí esperar a ser madre porque no veía el momento. Cuando por fin nos lanzamos, no conseguía quedarme embarazada. Tenía 36 años y estaba relativamente tranquila con el tema, pero en la clínica me dijeron que tenía muy poca reserva ovárica. No sabía ni de qué me estaban hablando”, explica Nuria Hernández, ex paciente de una clínica de fertilidad.
No todos los casos son iguales y no se puede generalizar, pero sí concienciar. Lo importante es que para no sufrir este problema cuando ya es tarde, existe una solución. ¡Sí! Aunque todavía hay cierta desinformación al respecto, porque hay que actuar cuando todavía eres joven y esos temas no te preocupan demasiado porque crees que tienes todo el tiempo del mundo. Pero es algo sencillo y que a largo plazo te puede ayudar mucho: se trata de preservar tu fertilidad.
“Cuando tenía 32 años leí en Internet sobre ello, me fui a informar a una clínica de fertilidad y decidí hacerlo. Solo se trata de congelarte (vitrificar) óvulos y guardarlos por si algún día los necesitas”, comenta Clara P.
La prestigiosa revista Human Reproduction publicó recientemente un estudio que realizó el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), que concluye que vitrificar antes de los 35 años aumenta un 40% la tasa de éxito respecto a hacerlo más tarde. Eso da mucho que pensar…
Y el Instituto Marqués de Fertilidad asegura que a partir de los 35 años sólo le queda a la mujer el 10% de sus óvulos… y eso no es mucho, ¿verdad?
Por eso puede ser interesante conocer un poco más qué hay detrás de la preservación de la fertilidad. Quizá nos ayude a decidir más conscientemente sobre nuestro momento de ser madres.
http://grimujer.es/informe-bienestar-mujeres.html
https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/categoria.htm?c=Estadistica_P&cid=1254735573002
https://www.ine.es/prensa/mnp_1s2018_p.pdf
https://ec.europa.eu/eurostat/documents/2995521/9967990/3-10072019-BP-FR.pdf/eb54774b-b431-4d02-b230-9de4aea40d17
https://datosmacro.expansion.com/demografia/natalidad/espana
https://ivi.es/notas/vitrificar-antes-de-los-35-aumenta-un-40-la-tasa-de-exito-respecto-a-hacerlo-mas-tarde/