¡Hola, queridos amigos! Espero que el regreso de las vacaciones se os haga lo más llevadero posible. Ayer ya fue la primera quedada de la temporada con amigas para ponernos al día de las vacaciones y esas cosas. Lo normal. Algunas hemos cumplido años en verano y nos contamos cómo había ido la cosa. No nos podemos quejar, la verdad. Pero lo mejor, sin duda, fue cuando Macarena nos contó cuál había sido su mejor regalo de cumpleaños: la congelación de óvulos. ¡Una idea genial!
Macarena lo tiene claro desde hace mucho tiempo. No quiere que su posibilidad de ser madre dependa de encontrar la pareja adecuada antes de los 35 años (recuerdo que antes de esa edad, es la ideal para congelar nuestros óvulos porque la vitrificación no es lo mismo que ‘hacer milagros’, sino aprovechar el mejor momento de nuestros óvulos y de mayor fertilidad para su preservación. Y ese momento es antes de los 35 años).
Bueno, no me enrollo más. Sigo. El caso es que Macarena se agobiaba- o mejor dicho- se indignaba cada vez que pensaba que la naturaleza nos permite un período de tiempo demasiado corto para ser madres y que somos las mujeres las que al final, tenemos que sacrificar, o la carrera profesional, o encontrar la pareja adecuada, o ser madres solas, o buscar un hermanito para un hijo que ya tienes… ¡Que no! ¡Eso se acabó! Así que este año ha pedido a su familia que le regalen la vitrificación por su cumpleaños. Un regalo súper práctico, realista y que le aportará esa tranquilidad que necesita, sin andar eligiendo “o esto o lo otro”. Ahora se trata de “y esto, y esto otro también”.
Así que Macarena está tan contenta que hemos decidido hacer una fiesta para celebrar este gran regalo de cumpleaños. Macarena ha dado un paso importante para todas las mujeres.
Cuando llegué a casa se lo conté a Alfonso. ¿Cuál creéis que fue su reacción? “No me extraña. Macarena siempre ha sido una chica decidida, inteligente y que va siempre por delante”.
Pues ahora que lo pienso yo … ¡Es verdad!
Si antes del verano pensábamos que la incertidumbre saldría de nuestras vidas porque la pandemia estaba superada, ya estamos comprobando que no es así. Esto me ha hecho reflexionar, y he tomado la decisión de que quiero ser madre sin tener que estar pendiente del reloj biológico. Caminamos hacia un mundo incierto, del que no sabemos bien cómo vamos a salir. Pero lo que sí sabemos desde siempre es que el reloj biológico de la mujer sigue su curso y la verdad, no tengo ganas de agobiarme por ello cuando cada vez estoy más convencida de que la ciencia está de nuestra parte. No solo de las mujeres, que, al fin y al cabo, somos las primeras implicadas en tomar la decisión de congelar nuestros óvulos. Cada vez estoy más convencida de que un avance tan importante como es la preservación de la fertilidad es un beneficio para toda la sociedad.
Porque, al fin y al cabo, tomar la decisión de congelar nuestros óvulos nos da un margen de respiro que podemos emplear para continuar formándonos, por ejemplo, o para crecer en nuestro desarrollo profesional. Aspectos que repercuten directamente en todo nuestro entorno. O simplemente, para seguir disfrutando de nuestra vida actual.
No soy la única que opina así. El otro día estuve hablando con mi amiga Marga sobre este tema. Ella no se ha preocupado por informarse sobre todo esto como lo estoy haciendo yo, pero lo que sí tiene muy claro es que, en este momento, no tiene ‘activado el deseo de ser madre’ como dice ella. Es más, dice que ni siquiera tiene claro si va a querer serlo algún día. Pero claro, las dos pensamos lo mismo. Ahora somos jóvenes y vemos que tenemos años por delante. Pero también es cierto que conocemos a muchas mujeres a nuestro alrededor que pensaban como nosotras y cuando han sentido la llamada de la maternidad o han pensado que podría ser un buen momento, ya era tarde y, en el mejor de los casos, les ha costado muchísimo trabajo conseguirlo, se han encontrado con la infertilidad, que puede deberse a múltiples causas, a una obstrucción de las Trompas de Falopio o a una endometriosis, entre otras muchas.
Yo estoy más convencida que Marga con la idea de congelar mis óvulos, pero la verdad es que ella se lo está pensando también. Nos gusta nuestra vida actual y no queremos sentir el ‘tic-tac’ del reloj biológico sin necesidad alguna cuando tenemos soluciones a nuestro alcance. Tampoco queremos que la situación que estamos atravesando a nivel mundial a causa de la pandemia, condicione nuestra perspectiva de ser madres cuando así lo decidamos.
Creo que hay que dar a conocer a las mujeres que tenemos esta posibilidad. Casi todas las que conozco a mi alrededor han leído algo sobre esto en alguna ocasión, pero tengo la impresión de que la mayoría no está concienciada. Algo que no entiendo porque lo que sí sabemos es que, a partir de los 35 años, las posibilidades de ser madre se reducen notablemente, nos guste o no. Como también sabemos que los mejores óvulos son los de nuestra juventud.
Por lo tanto, creo que es hora de que cada vez más mujeres sepan que el proceso de congelación de óvulos no conlleva transformar nuestra vida, sino que es totalmente compatible con el día a día, ya que no requiere de una asistencia continua al ginecólogo ni de cuidados especiales que nos impidan hacer deporte o ir a trabajar y el someternos al tratamiento de fertilidad para extraer nuestros óvulos tampoco nos trastorna ni altera nuestra vida, además el momento de la extracción de óvulos, es una intervención ambulatoria que apenas dura 15 minutos y para la que no hay que prepararse como una cirugía ¡ni mucho menos!…. Es completamente seguro y sin apenas molestias porque en todo momento estás en manos de un equipo multidisciplinar de especialistas que te informan sobre el proceso. Lo que sí es recomendable es hacerlo antes de los 35 años.
Yo desde luego estoy cada vez más convencida. Marga no me lo ha dicho, pero cada vez que le cuento algo sobre esto, siento que me escucha con más atención. Estoy segura de que se lo está pensando. Siempre hemos hablado de querer ser madres, pero también de nuestras inquietudes personales y profesionales, por eso sé que aún nos quedan sueños por cumplir antes de ser mamás y … en definitiva, sentir que podemos decidir en todo momento, y la congelación de óvulos la percibo como un respiro en esta frenética carrera por querer seguir disfrutando de la vida.
Hola, me llamo Alicia, soy una mujer de 28 años que acaba de entrar en el ámbito profesional. Además, soy una mujer de mi tiempo y considero que la congelación de óvulos es un avance más en la igualdad de género. Soy, además, muy consciente de la situación de las mujeres en el mundo que nos ha tocado vivir.
Uno de los temas de mi interés es el relacionado con la maternidad dentro de la sociedad de hoy. Conjugar nuestro rol de mujeres con el mundo profesional y personal es un reto para la mayoría de nosotras. Eso, sin olvidar el factor del reloj biológico, que es, sin duda, un gran condicionante.
Las mujeres hemos alcanzado logros sociales, económicos, culturales y políticos, pero todavía nos queda camino por recorrer. Uno de ellos es el de la igualdad entre hombres y mujeres a la hora de tener hijos. Un camino en el que, bajo mi punto de vista, no debemos renunciar a nuestra condición de mujeres y madres.
Estoy convencida de que la congelación de nuestros óvulos es un avance tecnológico y sanitario que nos ayuda a lograr esa igualdad tan necesaria. No solo para nosotras, las mujeres, sino también para los hombres. Porque en la medida en que seamos independientes para tomar nuestras decisiones, ellos se sentirán mucho más libres para decidir con nosotras e implicarse en nuestras vidas.
Hoy en día tenemos la posibilidad de gozar de autonomía corporal y reproductiva con plenas garantías de seguridad. Es una magnífica oportunidad para aprovechar las ventajas que ello nos ofrece.
Lo primero que tenemos que hacer si estamos valorando congelar nuestros óvulos es informarnos bien de todo el proceso, de las posibilidades que tenemos cada una de nosotras, y de cómo afectará esta decisión tan importante a lo largo de nuestra vida. Por lo tanto, lo primero que debemos hacer es recabar toda la información posible que esté en nuestras manos. Eso es lo que estoy haciendo yo.
Tengo que confesaros que me ha sorprendido saber que, en los últimos años, el número de mujeres que ha decidido congelar sus óvulos ha crecido en un 50%. Me parece un logro de nuestra sociedad, porque quiere decir que cada vez confiamos más en el avance de la medicina y que contemplamos estos avances como un aliado a nuestra condición de mujeres y potenciales madres.
Al igual que la píldora fue un gran primer paso para ayudar a las mujeres a elegir el momento de ser madres- o, incluso, de no serlo-, hoy contamos con la posibilidad de reservar nuestros óvulos más jóvenes, gracias a un método extremadamente confiable, que nos puede ayudar a resolver otro gran condicionante para ser madres, como es nuestra edad.
¿Te has fijado en la cara de satisfacción de las mujeres que han decidido dar este paso? Está claro que esta innovación tecnológica y médica proporcionar vidas más satisfactorias para estas mujeres porque les ofrece mayores posibilidades de cumplir su deseo de tener hijos en un futuro, cómo y en el momento que ellas eligen.
Un paso adelante que celebramos en este Día Internacional de la Mujer. Enhorabuena a todas las que os habéis decidido a congelar vuestros óvulos.
Alicia.